dilluns, 30 d’octubre del 2017

              

                           LA PIDRA DEL PEÑON


Ubicada a 70 kilómetros de Medellín y con una gran escalera interna que cuenta con 649 escalones, la Piedra del Peñol es el sitio más visitado por los antioqueños.

Ofrece a los turistas una hermosa vista sobre la represa de Guatapé, sitio ideal para los amantes de la práctica de deportes náuticos.

La represa, creada por las Empresas Públicas de Medellín, inundó parte del municipio, además de algunas veredas aledañas, obligando a sus habitantes a cambiar la base de su economía, la agricultura, por una nueva, la pesca.











LA CIUDAD DE ENCANTO























Medellín es un municipio colombiano, capital del departamento de Antioquia. Es la ciudad más poblada del departamento y la segunda del país.7​ Se asienta en la parte más ancha de la región natural conocida como Valle de Aburrá, en la cordillera central de los Andes, constituyéndose como el mayor centro urbano de tal ramal andino. Se extiende a ambas orillas del río Medellín -llamado también río Aburrá-, que la atraviesa de sur a norte, y es el núcleo principal del área metropolitana del Valle de Aburrá.8​ La ciudad tiene una población de 2 508 452 habitantes (2017),2​ mientras que dicha cifra, incluyendo el área metropolitana, asciende a 3 821 797 personas (2016).2

Fue fundada el 2 de marzo de 1616, cuando los conquistadores españoles habían erigido un pequeño poblado con el nombre de San Lorenzo de Aburrá, fundado por Francisco Herrera Campuzano (hoy parque El Poblado) y denominado Villa de Nuestra Señora de La Candelaria de Medellín, el 2 de noviembre de 1675 en el sitio de Aná, que corresponde actualmente al centro de la ciudad (zona centro-oriental); a través de los años se daba como fecha de fundación la segunda, pero en el decreto 17 de 1966 del honorable concejo de la ciudad se decretó como fecha oficial la del 2 de marzo de 1616 9​ En 1826 fue designada capital de Antioquia, título que ostentaba Santa Fe de Antioquia desde la época colonial. Durante el siglo XIX, Medellín se desarrolló como un centro dinámico de comercio, primero exportando oro, y posteriormente mercancías provenientes de la industrialización de la ciudad.